ID POR TODO EL MUNDO…Mc 16,15
SWAZILAND
La Congregaciòn, abierta a la universalidad de la Iglesia, en 1.922 envìa las primeras monjas misionarias en Swaziland, pequeño estado en los lìmites con la repùblica del Sur Africa y el estado de Mozambico. Tantas monjas pasaron e hicieron un “poco” de bien, testimoniando el Evangelio, el amor y la compasiòn de Cristo entre los Swazi, con el tiempo, en diversas misiones. Hoy estàn presentes en tres misiones.
MBABANE, capital de Swaziland. Las monjas administran un hostel (pensiòn) para trabajadoras que vienen de zonas lejanas.
HLUTI, pequeño centro, pero muy importante. Las monjas llevan adelante, desde el lejano 1.934, una escuela, desde el jardìn infantil hasta la escuela superior, muy frecuentada y también muy apreciada por el govierno del pais. Ademàs desde siempre, realizan un servicio de acogida a las personas (en las clìnicas consultorios) y en èllas curan los màs necesitados, a la prevenciòn de las enfermedades, y a la solidariedad humana.
En Hluti està tambien la casa de formaciòn para las jòvenes llamadas a servir a Cristo en los hermanos.
PIGGS PEAK, ciudad en el norte del pais, donde las monjas, ahora en colaboraciòn con las laicas, ofrecen un servicio de enfermerìa.
En todas las tres misiones, las monjas ofrecen un servicio de pastoral en las parroquias, de evangelizaciòn y de asistencia a los enfermos en las cabañas y en la caridad a tantas personas que tocan a la puerta. Fueron organizados lavoratorios de tejidos y sastrerìa para la promociòn de la mujer con el fìn de capacitarla para vivir la vida familiar dignamente.
KISOGA, UGANDA
La misiòn de las monjas mantellate “Mirembe Maria House” fue iniziada en Kisoga, pueblo muy pobre a 80 kilometros de distancia de Kampala, el 6 de diciembre de 2.000, como respuesta a las urgentes llamadas de la Iglesia local.
Las monjas se dedican al servicio pastoral, a la ayuda en la escuela parroquial, a la atenciòn y el cuidado de los enfermos en la clìnica. Visitan los barrios del alrededor y desde 2.006 acogen en una estructura familiar, una decena de niños huerfanos, para ayudarles a crecer, y hacerles posible la presencia regular y serena a la escuela.
En colaboraciòn con los Siervos de Marìa, han dado vida a proyectos de “comercio equo solidale”.
También existe una casa de acogida para las jòvenes investigadoras.